domingo, 8 de febrero de 2009

CASA TOMADA

CASA TOMADA DE JULIO CORTÁZAR (NOVENOS)
Amigo Estudiante: seguidamente se le presentará el texto de este cuento de Julio Cortázar. Además, puede mirar el video www.youtube.com/watch?v=tWP5oaNtJzU , para una mejor comprensión. Al final, deberá responder a las preguntas que se le hacen, en un escrito tipo ensayo (para presentarle al profesor)

Casa tomada[Cuento. Texto completo]
Julio Cortázar:
Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé por qué tejía tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era así, tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.
Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda de alcanfor lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercería; no tuve valor para preguntarle a Irene que pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.
Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte más retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y mas allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y el baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble cómo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos.
Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurrió poner al fuego la pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la puerta. Me tiré contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para más seguridad.
Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo.
Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados.
-¿Estás seguro?
Asentí.
-Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado.
Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tardó un rato en reanudar su labor. Me acuerdo que me tejía un chaleco gris; a mí me gustaba ese chaleco.
Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza.
-No está aquí.
Y era una cosa más de todo lo que habíamos perdido al otro lado de la casa.
Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aun levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, no daban las once y ya estábamos de brazos cruzados. Irene se acostumbró a ir conmigo a la cocina y ayudarme a preparar el almuerzo. Lo pensamos bien, y se decidió esto: mientras yo preparaba el almuerzo, Irene cocinaría platos para comer fríos de noche. Nos alegramos porque siempre resultaba molesto tener que abandonar los dormitorios al atardecer y ponerse a cocinar. Ahora nos bastaba con la mesa en el dormitorio de Irene y las fuentes de comida fiambre.
Irene estaba contenta porque le quedaba más tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a mi hermana me puse a revisar la colección de estampillas de papá, y eso me sirvió para matar el tiempo. Nos divertíamos mucho, cada uno en sus cosas, casi siempre reunidos en el dormitorio de Irene que era más cómodo. A veces Irene decía:
-Fijate este punto que se me ha ocurrido. ¿No da un dibujo de trébol?
Un rato después era yo el que le ponía ante los ojos un cuadradito de papel para que viese el mérito de algún sello de Eupen y Malmédy. Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.
(Cuando Irene soñaba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sueños y no de la garganta. Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones que a veces hacían caer el cobertor. Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios.
Aparte de eso todo estaba callado en la casa. De día eran los rumores domésticos, el roce metálico de las agujas de tejer, un crujido al pasar las hojas del álbum filatélico. La puerta de roble, creo haberlo dicho, era maciza. En la cocina y el baño, que quedaban tocando la parte tomada, nos poníamos a hablar en vos más alta o Irene cantaba canciones de cuna. En una cocina hay demasiados ruidos de loza y vidrios para que otros sonidos irrumpan en ella. Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta pisábamos despacio para no molestarnos. Yo creo que era por eso que de noche, cuando Irene empezaba a soñar en alta voz, me desvelaba en seguida.)
Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias. De noche siento sed, y antes de acostarnos le dije a Irene que iba hasta la cocina a servirme un vaso de agua. Desde la puerta del dormitorio (ella tejía) oí ruido en la cocina; tal vez en la cocina o tal vez en el baño porque el codo del pasillo apagaba el sonido. A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el baño, o en el pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro.
No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos hacia atrás. Los ruidos se oían más fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada.
-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo.
-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunté inútilmente.
-No, nada.
Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.
Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.
Preguntas:
1. Quién fue Julio Cortázar (breve biografía)
2. Cuál es su importancia en la literatura hispanoamericana (¿y mundial?)
3. Casa Tomada... ¿Por quién?
4. Exprese su opinión sobre este cuento, con respecto al estilo literario que utiliza el escritor.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

hola predro, pues una vez en clase yo le dije que no le encontre grasia al cuento, hay me perdona si le molesto, pero esque lo que pasa esque a mi me gusta otro tipo de cuentos, solo que no se me parecio que era un cuento con muy poco sentimiento lo digo pues por que parecia como si las personas siempre estubieran tristes pues, llamemolo haci, no se el cuento es un poco rarito!! jajaj, esque eso de que uno se concentre toda una tarde viendo una muchacha haciendo cosas con tela y todo eso es como muy bajo de moral. no no pero igual esta bien el cuento... hay bueno mucho pedro que le valla bn chao

santiago vasquez 9c dijo...

1- era una persona muy responsable y mut importante en esa epoca por todo lo que escribia
2-era muy importante porque todo lo que escribia era muy importante y le gustaba a todo el mundo
3-por el mismo escritor del que estamos ablando
4-es una lectura muy importante porque nos enseña sobre lo que escribio el artista y porque desarrollamos nuestra capasidad

Anónimo dijo...

pedro...
yo no le encontre sentimiento a ese cuento...
no le encuentro grasia ni amor ni nada!!! pero si a usted le parese que esta bueno lo respeto...
bueno pedro
chao que le valla bien

Anónimo dijo...

HOLA Pedro espero q estes bien aquí te hago un breve resumen de la historia de Julio Cortazar: Nacio En Bruselas en agosto de 1914, de padres argentinos. A los cuatro años llego a Argentina, vivio su infancia en Banfield, alli se graduo como maestro; despues inicio sus estudios en la universidad de Buenos Aires los cuales tuvo q dejar por razones economicas. Trbajo en muchos pueblos al interior del su pais, pero luego renunio a su cargo por problemas con el gobierno. En 1951 viajo a paris donde trabajo como traductor independiente viajando dentro y fuera de europa periodicamente.
Luego publico un libro hacia el año de 1938 con Julio Denis. Despues de ello publico obras como el Bestiario, rayuela, vuelta al mundo en 80 dias etc, y muchos cuentos como la casa tomada, y muchas mas

2.El refinamiento literario de Julio Cortázar, sus lecturas casi inabarcables, su incesante fervor por la causa social, hacen de él una figura de deslumbrante riqueza, constituída por pasiones a veces encontradas, pero siempre asumidas con él mismo, genuino ardor. Julio Cortazar murio pero su paso por el mundo seguirá suscitando el fervor de quienes conocieron su vida y su obra.

3.en si alli no explican quien tomo la casa, consulte con dos personas q leyeron el libro de lo cual dijeron:
-para mi ellos eran unos campesinos y su casa fue tomada por los guerrileros por lo cual ellos tuvieron q uir desplazados por la violencia.
-para mi ellos vivian en una casa muy grande y bonita la cual llamaba mucho la atencion y los ladrones al notar q alli solo vivian dos personas y una de ellas era mujer dicidieron entrar y mas de hurtar las cosas prefirieron adueñarse de la casa los dos personajes se vieron intimidados y al ver q no podian hacer nada se marcharon del lugar.
-para mi eso tiene q ver con algo paranormal, la casa estaba invadida por las almas de sus familiares muertos los cuales se tomaban la casa por partes, esto los asusto mucho y por ello la abandonaron…

4. El estilo literario q el escogio para esta obra el cual es el de narrador-protagonista me parece muy apto para este tipo de historias ya q se ve como mas creible q los mismos participantes del suceso narren lo ocurrido exelente eleccion por parte de el.

PiiPe MaRiiN dijo...

hola pedro
-Nacimiento de Julio Florencio Cortázar, hijo de Julio Cortázar y María Herminia Descotte. "Mi nacimiento (en Bruselas ) fue un producto del turismo y la diplomacia", declaró años después. En ese entonces Bruselas estaba ocupada por los alemanes.
-fue escrito por JULIO CORTAZAR
-el estilo literario que utlizo el aautor es muy buena, aunque el cuento es un poco enredado el estilo literario que uso es bueno

Anónimo dijo...

ricardo saldarriaga 9-c: es un relato muy importante por que nos enseña cosas para un buen dessarrollo intelectual sobre los abanses de la escritura y sobretodo delo importante de escribir

Anónimo dijo...

pedro, me parece que el texto como el video son muy claros, pues expresan toda la problematica de lo que la humanidad aun no es conciente o que todavia no a havido quien la ilumine para a llegar a diferenciar entre el conocimiento y los pensamientos;creo tambien que el trabajo de los filosofos en este caso platon es algo inigualable por tener el placer de ser ellos en dar a conocer verdades tales como las de el texto asi en su epoca le trajera incobenientes.

Anónimo dijo...

quiuvo pedro, yo lo que pienso de el texto es que es algo importante esa espesie de parabola para poder entender la diferensia entre el pensamiento y el conocimiento, tambien da a entender la problematica de la vida de ese tiempo para poder expresar lo que llamamos verdad.

Anónimo dijo...

profe eso esta muy bueno me gusto muchsimo te AMO ana maria tu mejor alumna besossssssssssssssss

susana dijo...

LA LECTURA ES MUY INTERESANTE YA QUE NOS ENSEÑA PARA LA VIDA

Anónimo dijo...

HOLA PEDRO:
Este texto me parecio sin sentido y al mismo tiempo bobo ya que no hay sentimientos ni nada emosionante.
me parece que hubiera sido igual, si los protagonistas hubieran estado o no,porque todos los dias hacian la misma cosa y era increible que esa señora no se cansara de tejer.
Bueno Pedro hasta luego y que le vaya bien

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