Amigos Estudiantes de Noveno:
¨ ¿Cuántas páginas necesita una novela para describir el vestido de una persona o sus actitudes, versus el cine que con un golpe de vista puede mostrarlo en cuestión de segundos?¨[1].
O, ¿cómo poder recrear un suceso o un personaje determinado en una escena casi interminable (en cine), como para poder demostrarle al espectador, la gran capacidad descriptiva del género en cuestión, sin que él se sienta aludido por la gran ¨pérdida de tiempo¨?, o por lo poco evocadora de la escena misma?
Entonces:
De una forma breve y concisa, establezca LA RELACIÓN EXISTENTE ENTE EL CINE Y LA LITERATURA, partiendo del siguiente texto.
Igualmente, qué nos tiene que decir al respecto EL LENGUAJE POÉTICO.
FAVOR HACERLO EN FORMA INDIVIDUAL.
Plazo máximo: lunes 30 de Marzo.
¨Cuando el cine echa a volar las palabras¨
(Por Catalina J. Rendón)
Cientos de páginas dejan de serlo para convertirse en horas, cuando el cine adapta a su lenguaje los prodigios de la literatura.
Bien lo expresó Javier Bardem en el estreno en Nueva York de la versión fílmica de El amor en los tiempos del cólera al decir que en su gusto "no existe el caso de una obra magna de la literatura que se haya traducido al cine con éxito".
Sus palabras un tanto duras con el cine, bien revelan una realidad que la mayoría de espectadores/lectores comparten, pues muchas veces las películas, no logran enamorarlos tanto como los libros.
El crítico de cine Juan Carlos González explica que esto ocurre debido a que el cine y la literatura son dos lenguajes muy distintos. "El literario permite una serie de juegos y una riqueza conceptual que el cine con su inmediatez no logra. A pesar de que ambos manejan un desarrollo muy poético, son bastante diferentes y poco comparables", resalta.
Es por eso que usualmente las adaptaciones al cine suelen chocar con las expectativas de quien leyó la novela. Se desilusiona, por ejemplo, porque los personajes o los ambientes no son como se los imaginaba. Y jamás lo serán.
Los libros llevados a la gran pantalla son la idea que el guionista o el director tuvieron sobre la novela que leyeron y de la que se han hecho una idea mental. Con seguridad que no coincidirá totalmente con lo que se imaginaron las demás personas, y por eso es necesario acercarse a las adaptaciones con una actitud sin prejuicios.
"El consejo para los lectores/espectadores es acudir desprevenidamente al cine, recordando que este es otro lenguaje. Hay que ir con la mente abierta, pues es seguro que la película será muy diferente a lo que uno se imaginó leyendo el libro", señala González.
Así, es claro que ambos medios son muy diferentes y aunque hay excepciones, no puede pedírsele al cine la cantidad de detalles que tiene la literatura y por más efectos especiales que haya, difícilmente podrán superar la imaginación de un apasionado lector.
Casos de casos afortunadas o desafortunadas, las adaptaciones de las últimas décadas han marcado una innegable hermandad entre la literatura y el cine.
Por estos días quizás la más sonada es la de El amor en los tiempos del cólera que con un reparto de estrellas como Javier Bardem y Giovanna Mezzogiorno, intenta recrear parte del mundo mágico al que García Márquez nos tiene acostumbrados.
También en rodaje en Uruguay se encuentra la obra de otro Nobel, José Saramago: Ensayo sobre la ceguera será protagonizada por Julianne Moore y Danny Glover.
Pero mirando hacia atrás, sin duda una de las obras más aclamadas llevadas al cine es la adaptación de El nombre de la rosa, de Umberto Eco, protagonizada magistralmente por Sean Connery, y recordada tanto por cinéfilos como por lectores, por mantener casi intacta, escena por escena, la esencia de la novela que Eco tan bien narró.
El Padrino, en su momento, también se presentó como un éxito memorable de un libro que no parecía ser una obra maestra; y hace unos meses la adaptación de El perfume, hizo que el libro regresara a los estantes de las librerías para ahora leer de palabras de Patrick Süskind, la esencia que el director Tom Tykwer captó de los olores en el cine.
Best Sellers como Las cenizas de Ángela, Memorias de una geisha y El código Da Vinci también tuvieron su versión en cine; mientras El señor de los anillos y la saga de Harry Potter llevan el estandarte no sólo de adaptaciones súper taquilleras, sino de producciones magistrales que han sabido mantener el espíritu de sus originales, logrando impactar a una población mucho mayor de la que leyó los libros.
El cine con su despliegue de presupuestos, efectos especiales y actores de renombre, también le aporta a su musa, la literatura, abriéndole la puerta a cuentos y novelas poco conocidas a un público que tras ver la película, se crea inquietud por el libro y lo aborda.Colombia no se queda de lado con valiosas adaptaciones de libros de nuestra idiosincrasia como María, de Jorge Isaacs, y las recientes Satanás, de Mario Mendoza, y Esto huele mal, de Fernando Quiroz.
¿Cuántas páginas necesita una novela para describir el vestido de una persona o sus actitudes, versus el cine que con un golpe de vista puede mostrarlo en cuestión de segundos? Esa es tal vez la mayor diferencia entre dos lenguajes que han encantado al mundo desde sus orígenes.Un intercambio tácito en el que el cine aporta las imágenes y sus recursos, y el libro la ensoñación que causa en el lector imaginarse, como cada quien quiera, aquello que el autor relata.
El silencio de los inocentes, una propuesta indecente, Seda, Charlie y la fabrica de chocolates, Pequeños niños... la lista de las adaptaciones hechas en el cine es grande, pues la literatura se presenta como una rica fuente de ideas, de imágenes y de momentos que si ya en las letras han sido memorables, el cine intentará marcar para la eternidad.(Tomado de Revista Generación, 14 de Octubre de 2007. Página 6 y escrito por Catalina Rendón)
Clic aquí http://www.youtube.com/watch?v=V8hGkeTH0y0
Clic aquí http://www.youtube.com/watch?v=V8hGkeTH0y0
[1] Rendón, Catalina J., Cuando el Cine echa a volar las palabras. Generación, 14 de Octubre de 2007. Página 6